El Cucumis metuliferus, más conocido por pepino africano o su nombre comercial kiwano, es una planta anual rastrera o trepadora originaria de Sudáfrica y perteneciente a la familia de las Cucubitarceae.
Es una planta de cultivo en maceta relativamente sencillo. Si ponemos unas cañas o tutores en la maceta la planta utilizará sus zarcillos para crecer verticalmente. Produce unos finos tallos blandos de los que brotan sus hojas, una sola por nudo y alternas cubiertas de una pilosidad fina y blanca. Pero lo que hace popular al Cucumis metuliferus y le da su nombre es su fruta: el kiwano. Aunque el nombre sugiere un híbrido entre kiwi y plátano, no tiene que ver nada con ellos. Exteriormente el kiwano más bien parece un limón naranja con pinchos y por dentro tiene muy poca pulpa y muchas semillas y endocarpios fibrosos. El sabor es amargo, por eso en África se consume asado o hervido y acompañando a verduras u otros alimentos.
Este es uno de los kiwanos que compré para probarlos y de paso aprovechar alguna semilla y plantarlas. Aunque su cultivo cada vez se va extendiendo a más países (incluida España), el kiwano aún es difícil de encontrar en los mercados de fruta y verdura y seguramente sólo lo podáis encontrar en algún supermercado que tenga sección de fruta exótica.
Así es un kiwano por dentro. Como vemos tiene muchas semillas. Es de fácil germinación por lo que con 5 ó 6 tendremos suficientes para obtener una planta.
Este kiwano ya está listo para ser recolectado y al otro le quedan tres o cuatro días más. Si se plantan las semillas al inicio o mediados de primavera, para finales de verano ya tendremos nuestra cosecha de kiwanos.