El Sedum rupestre o siempreviva es una planta perenne suculenta perteneciente a la familia de las Crassulaceae y originaria del norte de Europa y Asia.
Tiene unos tallos leñosos y finos pero fuertes adaptados a las zonas rocosas de las que es originaria en sus hábitats naturales y crece de forma rastrera gracias a los estolones que va produciendo.
Las hojas son finas y cilíndricas que crecen de forma separada a lo largo del tallo y formando una pequeña roseta en el ápice. El color de las hojas puede ir del verde oscuro al amarillo-marrón dependiendo de su exposición al sol, humedad etc....
En los meses de más calor es cuando el sedum rupestre da sus flores, pequeñas y de un color amarillo intenso.
En esta foto podemos ver un Sedum rupestre en un hábitat natural. Como se puede apreciar es un terreno pedregoso y arenoso por lo que podemos adivinar que el cultivo en maceta no será en absoluto exigente y con muy pocos cuidados o casi ninguno podremos cultivar nuestros ejemplares.
Los tallos tienen un tono rojizo.
Mientras no encuentran obstáculos los tallos del sedum se esparcen horizontalmente para cubrir la mayor superficie posible y desarrollar sus estolones.
Estos dos estolones ya han producido raíces y los podemos aprovechar para reproducir nuestro sedum rupestre en otra maceta.
En unos cuantos días la nueva planta habrá enraizado en su nueva maceta.
Y la planta madre irá dando nuevos tallos que le darán un aspecto de pequeño arbusto tupido al sedum rupestre.
Las puntas de las afiladas hojas del sedum rupestre suelen adquirir un color amarillento y pardo.