La daucus carota sativus, más conocida
como zanahoria, es una hortaliza bienal perteneciente a la familia de
las umbelíferas (como el apio, el cardo o el perejil). Procedente
originalmente de Asia e introducida posteriormente en Europa, en
donde podemos encontrar actualmente 12 subespecies.
La parte comestible es su raíz
primaria, engrosada por la acumulación de sustancias de reserva para
el desarrollo de la planta durante el año siguiente.
Entre los componentes de esta raíz
destacan los carotenos y beta-carotenos (que le proporciona a la
zanahoria su característico color naranja) del cual nuestro
organismo obtiene vitamina A (imprescindible para el cuidado de la
vista, la piel y el sistema inmunológico). También es una buena
fuente de vitamina B, C , potasio y fósforo.
Su cultivo no presenta ninguna
dificultad, únicamente deberemos tener en cuenta que necesita un
suelo arcilloso y blando, con la profundidad sufuciente para que se
desarrolle la raiz. Vigilaremos que el suelo esté siempre húmedo
para que no se apelmace y se endurezca o la zanahoria no se
desarrollará. En cuanto salgan el tallo y las primeras hojas lo
regaremos generosamente. La zanahoria es una planta de crecimiento
lento, ya que al ser bianual durante el primer año acumula
nutrientes para el crecimiento y floración del año siguiente. Esto
hace que aunque no preciemos casi crecimiento de la zona aérea de la
planta, si esté desarrollándose la raíz. Para saber si la
zanahoria ya está lista para recolectarla podemos quitar la capa
superior de tierra y ver el diámetro y color de la raíz.
Estos son los primeros brotes de la daucus carota
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