Planta bienal perteneciente a la
familia de las amarantáceas (como los amarantos, la cresta de gallo
o las flores hojas de sangre). Procede de la zona mediterránea,
desde España hasta Oriente Medio.
Hay varias
subespecies, siendo las más conocidas la más consumida como
alimento, la acelga, y la remolacha azucarera (Beta
vulgaris subsp. vulgaris var. Altissima) de la que se optiene
azúcar para endulzantes.
Para cultivarla en casa necesitaremos
un maceta profunda y con tierra rica en nutrientes. Se puede comenzar
a plantar acabado el verano, aunque es preferible que el invierno no
sea muy frio. En cuanto al riego, ha de ser abundante, ya que la
remolacha se resiente bastante con la falta de agua. Si las
condiciones climáticas son favorables, en 2 ó 3 meses comenzará a
aparecer la raíz en la superficie. A partir de ese momento se puede
recolectar ya o dejar en la tierra más tiempo, dependiendo del tipo
de remolacha o de si se quiere consumir principalmente la raíz o las
hojas.
La remolacha roja (le debe el color a
su contenido en betanina, utilizado como pigmento colorante) es la
que mayores propiedades tiene, gracias a su alto contenido en hierro,
potasio, silicio y ácido fólico. También es una buena fuente de
vitaminas A y B, por lo que ayuda a mejorar las anemias. Su alto
contenido en fibra también la hace muy útil para la regulación del
aparato digestivo.
Una vez germinadas las semillas de remolacha es hora de clarear las plántulas :
Las hojas de la remolacha también se pueden consumir.
Aquí ya aparece la raiz de la remolacha :
Aquí vemos la remolacha una vez limpia de tierra.
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