Planta rastrera perenne de la familia
de las Rosaceae perteneciente al género de las fragarias. Aunque la
especie de fresa silvestre es originaria de Europa, la fragaria
ananassa es una hibridación entre dos especies americanas, la
fragaria virginiana y la fragaria chiloensis. El cultivo es bastante
sencillo si se realiza a partir de plantones que se pueden adquirir
fácilmente en muchas tiendas de plantas, aunque también se pueden
cultivar a partir de semilla sin mucha dificultad. Dependiendo de la
variedad del fresón se tendrá que sembrar en una época u otra,
pero generalmente se suele hacer a principios de verano. La tierra
ideal es una tierra arenosa y ligera a la que iremos añadiendo abono
orgánico. El riego a de ser bastante generoso pero de forma
repartida. Plantaremos nuestros fresones en un lugar soleado pero
teniendo en cuenta que en los meses de verano no les dé el pleno sol
todas las horas del día o podrían llegar a dañárseles las hojas.
Al ser una planta estolonífica, una vez hayan crecido podremos
reproducir nuestros fresones mediante la separación de alguno de
los estolones que surgen de la base de la planta madre.
Los fresones, son un alimento poco
calórico ya que su componente principal es el agua, lo que la
convierte en una fruta ideal para la gente que haga dieta. También
es una gran fuente de vitamina C y E, flavonoides, hidratos de
carbono y de minerales (sobre todo potasio). Entre sus valores
medicinales están sus propiedades antioxidantes gracias a sus
polifenoles (antocianinas), anti-inflamatorias por su contenido en
ácido salicílico y antianémicas.
Una vez que han germinado las semillas en el semillero transplantaremnos las plantulas con una separación entre plantas de unos 20-30 centímetros.
Como vemos las hojas del fresón surgen en rosetas de tres unidades, con los bordes dentados.
Las pequeñas flores del fresón son blancas y de cinco pétalos.
Detalle de un fresón en sus primeras fases.
Listo para comer.
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