La euphorbia aeruginosa es una planta suculenta perteneciente a la familia de las euphorbiaceae originaria de Sudáfrica.
Crece en forma de pequeños arbustos formados por cientos de finos tallos espinosos de entre 1 y 2 cm de diámetro y unos 15 ó 20 cm de longitud. Estos tallos son de un color verde claro en el interior y de color marronáceo en los estremos de las costillas. A lo largo de éstas crecen las espinas, de un color rojo intenso.
La euphorbia aeruginosa aguanta el pleno sol, aunque es más conveniente tenerla en semi-luz o sombra parcial. El período de floración es a finales de primavera, cuando brotarán unas pequeñas flores amarillas.
Para reproducir nuestra euphorbia aeruginosa el método más común es el del esquejado.
En su hábitat natural la euphorbia aeruginosa crece en zonas rocosas.
De las partes superiores de los tallos brotan nuevos tallos.
El nombre de aeruginosa hace referencia al color verde-cobrizo de sus tallos.
Detalle de los pinchos de esta euphorbia.
Éste sería un esqueje perfecto para reproducir nuestra euforbia.
Como suele suceder con las suculentas de la familia de las Euphorbiaceae, la euphorbia aeruginosa produce una savia o látex lechoso tóxico que tendremos que mantener alejado de las mucosas o heridas abiertas en la piel.
Las flores pueden brotan a lo largo de todo el tallo, aunque suelen aparecer solo en la parte superior.
Como podemos apreciar en esta foto, las flores de la euphorbia aeruginosa son amarillas y muy pequeñas en relación a otras partes de la planta, como por ejemplo los pinchos.
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