Planta suculenta procedente de
Sudáfrica y Namibia perteneciente a la familia de las Xantoroeáceas.
Es una de las variedades de aloe más pequeñas que existen, llegando
a medir unos 30 centímetros de altura como máximo. Otra
característica diferenciadora son sus hojas moteadas que le dan su
peculiar aspecto y le valen el sobrenombre de aloe tigre. La escasa
altura también provoca que las hojas estén más densamente
agrupadas, no dejando casi ver el tallo. Esto hace que al ir brotando
las hojas nuevas se puedan ir secando las más inferiores, cosa
completamente normal. La inflorescencia , como suele ser en las
liliáceas, es un fino tallo que surge del centro de la roseta de
hojas y sobresale claramente. De la extremidad del tallo surgen las
pequeñas flores.
En cuanto al riego se ha de ir con
mucho cuidado de no encharcar nunca la tierra, ya que como casi todos
los aloes, las raices y tallo del aloe variegata se pudren
rápidamente por exceso de agua. Un buen drenaje del sustrato y no
regar nunca hasta que la tierra vuelva a estar completamente seca
evitará estos problemas. Se puede colocar a pleno sol durante los
períodos templados, pero en pleno verano es mejor colocarla a media
sombra. Durante el invierno, si las temperaturas van a ser inferiores
a 0º durante muchos días, es mejor guardarla en interior o se
morirá.
El aloe variegata se reproduce
fácilmente por injerto de sus hojas.
Las flores vistas desde arriba.
Las flores del aloe tigre son de un color naranja muy intenso al principio, y después con el tiempo van perdiendo el color y se marchitan hasta caerse en 6 ó 7 días.
Otra forma de reproducción del aloe tigre es mediante semilla.
Poco después de que se caigan las flores se formarán estas vainas o cápsulas carnosas de tres costillas.
Aquí vemos las diminutas semillas dentro de sus diásporas que las transportarán con el viento.
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