Planta perenne perteneciente a la
familia de las liliáceas originaria de este de Asia. La planta está
formado por su parte aérea, un fino tallo de entre 20-30 centímetros
que termina en unas finas y largas hojas verdes; y su parte
subterránea, las raíces en forma de bulbo que constituyen lo que se
suele llamar cabeza de ajos. Estos bulbos o cabezas se dividen en
segmentos llamados dientes de ajos o simplemente ajos, entre 6 y 12
por cabeza.
El cultivo de ajos es muy sencillo si
se realiza a partir de un diente de ajo ya completamente formado y en
buen estado. La plantación normalmente se realiza durante el
invierno. Si se cultiva en maceta hay que tener en cuenta que ésta
tendrá que ser bastante honda para que pueda desarrollar bien el
bulbo. La tierra ha de estar bien drenada y rica en materia orgánica
y para facilitar el desarrollo de la plántula enterraremos el diente
del ajo con la parte de la punta hacia arriba. Para el verano ya
podremos recoger los ajos, en cuanto veamos que empiezan a secarse
las puntas de las hojas.
El ajo es una de las plantas más
utilizadas con fines culinarios del mundo, como condimento o
saborizante gracias a su peculiar gusto picante o como parte
fundamental de salsas como el famoso allioli.
También está documentado el uso del
ajo como planta curativa y medicinal desde la antigüedad.
Gracias a su alto contenido en
vitaminas A, B1, B2, B6 y C es un gran vigorizante natural que
incrementa el rendimiento muscular y la producción de energía. El
ajo también es muy consumido por sus beneficios para la circulación
sanguínea y sus propiedades diuréticas que ayudan a las personas
con retención de líquidos. También se cree que consumir un diente
de ajo al día podría prevenir las apariciones del resfriado común.
Si el diente de ajo está en buen estado germinará sin problemas y aparecerán en unas semanas el tallo y las primeras hojas planas del allium sativum.
Cuando las hojas comienzan a marchitarse y ponerse amarillas es señal de que ya podemos recolectar los ajos.
Si queremos algunos ajos para volver a cultivar es mejor esperar a que se seque más la planta para recolectar los ajos.
Si una vez recogidos los ajos los guardamos en un sitio seco y bien ventilado nos durarán para muchos meses.
Si a una cabeza de ajos se la somete a un proceso controlado de maduración y fermentación obtendremos ajos negros. Además de tener un sabor mucho más suave que hace que se puedan comer directamente o untados en pan, se aumentan sus propiedades antioxidantes y medicinales.
Si queremos algunos ajos para volver a cultivar es mejor esperar a que se seque más la planta para recolectar los ajos.
Si una vez recogidos los ajos los guardamos en un sitio seco y bien ventilado nos durarán para muchos meses.
Si a una cabeza de ajos se la somete a un proceso controlado de maduración y fermentación obtendremos ajos negros. Además de tener un sabor mucho más suave que hace que se puedan comer directamente o untados en pan, se aumentan sus propiedades antioxidantes y medicinales.
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